miércoles, 16 de septiembre de 2009

Contaminación en Paraná.

Vecinos de casa gris, epicentro de las negociaciones mafiosas de peronistas, radicales, empresarios y gremialistas, se quejan.

Según declaraciones “el olor a mierda que emanó siempre ese lugar ya es costumbre, pero ahora a estos tipos se les está yendo la mano. No se puede estar del olor a bola en el barrio.”
Entrevistando a los trabajadores de una famosa panadería asentada en un estratégico lugar (a saber: entre casa gris, poder judicial y concejo general de educación, mas una innumerable cantidad de reparticiones públicas en inmediaciones) nos dijeron: “mirá loco acá no vengas a jeder las pelotas con preguntas pelotudas porque amén del olor a pincho, las reparticiones públicas nos pagan el sueldo. Y por más que vengan oliendo a pata, a culo, a guiso o a leche, nosotros les vendemos los especiales calentitos igual.”
Alguna vez los vecinos de la zona y la gerencia de la mentada panadería estuvieron enfrentados ya que los primeros acusaban que el olor a mierda del lugar era de tanto comer bizcochito caliente los empleados públicos y vivir a los pedos como consecuencia. Las autoridades de la panadería hicieron oído sordo de los reclamos de los vecinos y ahora todos le damos la razón a la panificadora, ya que el olor a pijas de la zona no es acusable a sus elaboraciones.


Para peor:

Mucho huyen del olor a pelotas sin lavar hacia la plaza asentada detrás de casa de gobierno esperanzados de encontrar preciado aire puro para los pulmones. Pero al llegar a la plaza descubren que el olor a gallinero, el mar de caca de ave, más si hay viento sur la mezcla con el olor a pincho de la gobernación, hacen imposible aguantar 2 minutos en ese lugar. Parque Urquiza parece ser el último refugio para las castigadas fosas nasales.

El misterio continua, nadie sabe por qué pero todos sabemos muy bien que…“La casa gris hiede a pincho”

1 comentario:

Camila dijo...

Me agarró acidez. Por suerte no sufro de hemorroides... qué asco estos empeados y funcionarios públicos, ¡qué manera de rascarse las pelotas!