martes, 14 de octubre de 2008

Una fuerza que nutre nuestro proyecto político.

Entre cordura ideológica y coherencia, que es algo a lo que estamos acostumbrados, tenemos en esta corriente el apoyo del sector MÁS de todo el destejido social, el sector más tolerante, el sector más copado, el más loco y sin lugar a dudas y sobre todo, el sector MÁS INTELIGENTE. ¿Quién puede ser más inteligente, copado o tolerante que un Hippie? John Lennon se revuelca en su drogada tumba y le dura la resaca de los `60. Míreme a los hippies… cosa tan rara los comportamientos de estos personajes que son capaces de rescatar mediante algún homenaje a cualquier cultura de la que no tenemos ni idea, ya sea afro o americana precolombina, cualquier música es motivo para armar una fogatita y bailar alrededor haciendo ademanes como queriendo alcanzar la luna, capaz que para esa cultura que se conmemora ese baile era el peor de los insultos a alguna de sus divinidades, pero lo hacemos igual y le damos guacha al tamborcito. -Obviamente amigo hippie si está leyendo estas boludeces que yo escribo y se da por aludido por algo será, es claro que hay locos y locas muy macanudos, pero haciendo un poquito de la famosa operación de extrañamiento me tienen que dar un poquitito de crédito-. Y es así que los integradores hippies, tan copados, son capaces de darte la espalda por las boludeces más grandes… a modo de ejemplo… si yo quiero integrarme a los populares floggers no les voy a caer con una cita del Martín Fierro y una remera negra porque no te dan ni la hora (si no me creen prueben), en el caso de los MÁS uno puede ir con un guitarrita que no te dan ni la hora, a los grossos les gusta que te armes un instrumento con cueros de nutria o algún hueso (que si es de algún animal medio raro mejor) y aunque suene para la misma mierda los hippies se te arriman como si estuvieses repartiendo dólares, esa es la hora de compartir, todos manosean la asquerosidad de instrumento fingiendo un interés místico transcultural ultraintegrador, cuando la única motivación (si es que la hay) es la llana curiosidad porque la fabulosa porquería que fabricaste no la encontrás ni en google. Además de los curiosos, que se acercaron a tu música horrible pero probablemente con algún sesgo de candombe, están los parcos que ni te saludan, esa maña de los hippies… no saluda … Somos siempre los mismos 15 gatos locos los que nos hacemos el aguante y asistimos a los mismos lugares para vernos y compartir alguna obra o alguna peli o bandita de amigos… Pero muchos hippies que te han visto la cara más veces que la forra de tu vecina no te saludan, para peor: te vienen mirando desde lejos y uno se apresta a la cordialidad, pero como ya sabés como se manejan los guasos, al momento de cruzarse frente a frente, casi chocando los hombros, uno mueve la cabeza levemente porque el hippie te sigue mirando como para saludarte… pero… te quedas plantado con el cabezazo, el hippie pasó de largo mirándote, es probablemente la vez 175142657455 que te ve, te mira, casi te choca… y no te saluda… hasta la cajetuda de tu vecina que lo único que sabés de ella es que es una cajetuda y que vive a media cuadra de tu casa te saluda… el hippie no… se hace el sota, pasa por al lado tuyo para dirigirse a unos 7 metros más allá, pararse ahí, cruzarse de brazos... y mirarte… el hijo de puta te sigue mirando y a uno ya le dieron ganas de ir y decirle: - ¡HOLA HIPPIE!!!, ¿POR QUÉ MIERDAS NO ME SALUDAS SI ME VES TRES VECES A LA SEMANA?... pero una idiotez como reclamarle el saludo a estos personajes sería probablemente interpretado como: poco copado, vigilante, facho, o como una actitud jodida que no acepta ni tolera a la gente parca o poco simpática porque nadie tiene la obligación de ser simpático. Y es verdad, nadie tiene la obligación de ser simpático, pero acá va una propuesta: Hagamos una fiesta para la celebración de la simpatía que es, tal vez, uno de los mejores atributos de cualquier sujeto. Ahí está, caemos todos con instrumentos raros, la pilcha de gala onda Janis Joplin, birra caliente y Voilá! Los hippies estarán festejando la simpatía, aunque siempre se la pasen por los caídos fundillos de los pantalones, si la fiesta tiene música aborigen, ellos seguro le hacen el aguante a la simpatía, porque los pueblos deben hermanarse y saludarse. Brindo por eso!

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