lunes, 3 de agosto de 2009

Visitamos la exposición rural de Palermo y esta bárbara!!

Nuestros investigadores se infiltraron en la zona VIP de la 123 edición de la exposición rural de Palermo y descubrieron que Clarín miente.


La expo que se nos muestra, una donde la gente va a escuchar bandas militares, ver desfiles militares, escuchar discursos de fascistas y ,de paso, observar con asombro las tecnologías para producir en el campo, es una gran patraña. La verdadera expo rural es la que está en la zona VIP, zona a la que sólo acceden jerarcas empresariales, jerarcas políticos, jerarcas militares y jerarcas eclesiásticos.
La expo accesible a nosotros, ciudadanos comunes, está minada de stands en los que se venden píldores de cáncer (o porotos de soja como gustan denominarlas sus adeptos) y nos enseñan recetas con ellas. En la zona VIP se come alimento no transgénico, se come carne de vaca en lugar de milanesas de soja y se bebe leche de vaca en lugar de leche de soja. Y mientras a nosotros nos ponen como gran atractivo a unas megapromotoras hipergarchables, en la zona VIP hay un stand en el que se puede hacer tiro al blanco a peones rurales de rasgos aindiados.
Sin duda la expo VIP está mucho más copada.

¿Qué se observa en la expo VIP además del fusilamiento de negros y la comida no transgénica?

En la zona VIP se puede desde asistir a charlas de agentes de la CIA en las que se enseña a presionar gobiernos, hasta asistir a capacitaciones de salubridad laboral. Nosotros entramos en la segunda (charla de salubridad laboral) y aprendimos una bocha. Dicen los expertos que el uso de agroquímicos y de transgénicos es peligroso en niveles mortales, pero sólo para quienes se exponen a los mismos. Entonces recomiendan vivir en la ciudad, no consumir transgénicos y dejar que los tapes que laburan en el campo (o que viven en el campo tal cual indios) se coden con el cancer, la desertificación, las fumigaciones, y demás bondades propias de un país productivo. Como aleccionador está la muestra de fenómenos malformados por lidiar con la producción o el consumo de estas porquerías .
Otra charla se denominaba "Roca, padre de la patria", eran pilotos militares y funcionarios públicos que enseñaban a regar los campos y las casas de tamberos con agroquímicos "para hacerlos mierda a estos forros que piensan que en su campo se puede producir leche cuando la soja es %400 más rentable", decían los expertos.

Dato curioso:

En el stand donde se hacía tiro al blanco a peones de rasgos aindiados, además de poder dispararles con las típicas y anticuadas balas de plomo, por un bono de $5 podías tirarle con un dardo de leche de soja concentrada. Si dabas en el blanco, nada más pasaban unos minutos para que el baleado empiece a sufrir mutaciones físicas hasta terminar en una muerte lenta, dolorosa, productiva y rentable. "Metele un poroto de soja en el culo al negro muerto de hambre" decía el animador, mientras chicos y no tan chicos se colocaban chalecos de carpincho y cinturones llenos de dardos sojosos. Si dabas 5 (cinco) tiros sin fallar, te daban la chance de dispararle a pequeños propietarios productores de miel, verduras, frutas, carne o leche. Los tobas eran utilizados como sirvecopas, ellos ya no son enemigos del campo.

Así transcurre el día en la rural. Días felices, días de rentabilidad y desarrollo.

1 comentario:

Danilo Gatti dijo...

Miiinngaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!